martes, 30 de mayo de 2017

"Mi Hijo No me Obedece"


Los niños no hacen caso por diferentes razones:
  •          No comprenden las órdenes que les damos.
  •          Damos muchas órdenes seguidas.
  •          No hay normas o si las hay, son incoherentes.
  •          Hay diferentes cuidadores, con diferentes normas.


¿Cómo podemos establecer una norma?
  •          Deben ser limitadas: no saturar al niño de normas.
  •          Acordes a la capacidad del niño/a.
  •          Exigir su cumplimiento por parte de los padres y del niño, independiente del humor o enfado.
  •          Justas y razonables.
  •          Comunicarse en tono serio.
  •          Establecerse en común acuerdo.
  •          Claras, breves y cerca del niño (2 metros).
  •          Asegurarnos de que el niño las entiende Siempre que uno dé una orden, el otro debe asumirla y respetarla.
  •          Las normas deben ir ajustándose a la edad del niño.



El niño debe descubrir que se le presta mucha más atención cuando se porta bien que cuando se porta mal. Igual ocurre cuando cumple las normas y obedece. De esta forma aumentaremos la probabilidad de que se vuelva a comportar así y le indicaremos de manera concreta cómo esperamos que se comporte la próxima vez.

Errores:
  •          Atribuir a la edad del niños/a, el que no entiendan las órdenes.
  •          Avisar varias veces, sin llegar a aplicar la consecuencia.
  •          La ausencia de normas continuadas en el tiempo.
  •          Amenazarlo con el padre, la madre, la profesora o el perro del vecino.
  •          Castigarlo, pero levantarle pronto el castigo.


Ideas que ayudan:
  •          Podemos aprovechar las costumbres cotidianas para que adquieran hábitos correctos.
  •          Que sepan lo que ocurre si hacen las cosas buenas que queremos que hagan.
  •          Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones lógicas.
  •          Reforzar las cosas buenas que hacen, por mínimas que sean.
  •          Tener coherencia de normas en todos los ambientes del niño (casa, abuelos, colegio….). 

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Tiempo libre con nuestros hijos ¿Cantidad o calidad?


El pilar fundamental de la felicidad dentro de la familia, es saber aprovechar el tiempo libre, destinándolo a actividades recreativas que refuercen los lazos familiares, que constituyan oportunidades para crecer, para aprender y renovar energías. Por las exigencias de la sociedad actual, muchos padres pasan largas jornadas en su lugar de trabajo, llegando a casa cansados y con el deber de ocuparse de las labores domésticas, además de el cuidado de sus hijos. Pensar en exigir más tiempo a los padres parece imposible, por lo tanto lo que debemos hacer es convertir ese tiempo libre en un tiempo de calidad donde exista un verdadero vínculo con nuestros hijos.  Para esto es necesario que apaguemos los teléfonos, la televisión, los computadores y las consolas. Dediquémosles a nuestros hijos un tiempo exclusivo para ellos, sin tecnologías que interrumpan ese espacio íntimo tan necesario para su adecuado desarrollo. Inventemos espacios libres en donde nuestros hijos puedan comunicar sentimientos, compartir ideas, descansar, relajarse, divertirse y desarrollarse. Esa será la mejor demostración de amor hacia ellos.
Ps. Valeska Miranda Labra