Los
niños no hacen caso por diferentes razones:
- No comprenden las órdenes que les damos.
- Damos muchas órdenes seguidas.
- No hay normas o si las hay, son incoherentes.
- Hay diferentes cuidadores, con diferentes normas.
¿Cómo
podemos establecer una norma?
- Deben ser limitadas: no saturar al niño de normas.
- Acordes a la capacidad del niño/a.
- Exigir su cumplimiento por parte de los padres y del niño, independiente del humor o enfado.
- Justas y razonables.
- Comunicarse en tono serio.
- Establecerse en común acuerdo.
- Claras, breves y cerca del niño (2 metros).
- Asegurarnos de que el niño las entiende Siempre que uno dé una orden, el otro debe asumirla y respetarla.
- Las normas deben ir ajustándose a la edad del niño.
El niño debe descubrir que
se le presta mucha más atención cuando se porta bien que cuando se porta mal.
Igual ocurre cuando cumple las normas y obedece. De esta forma aumentaremos la
probabilidad de que se vuelva a comportar así y le indicaremos de manera
concreta cómo esperamos que se comporte la próxima vez.
Errores:
- Atribuir a la edad del niños/a, el que no entiendan las órdenes.
- Avisar varias veces, sin llegar a aplicar la consecuencia.
- La ausencia de normas continuadas en el tiempo.
- Amenazarlo con el padre, la madre, la profesora o el perro del vecino.
- Castigarlo, pero levantarle pronto el castigo.
Ideas
que ayudan:
- Podemos aprovechar las costumbres cotidianas para que adquieran hábitos correctos.
- Que sepan lo que ocurre si hacen las cosas buenas que queremos que hagan.
- Las normas deben ser claras y coherentes e ir acompañadas de explicaciones lógicas.
- Reforzar las cosas buenas que hacen, por mínimas que sean.
- Tener coherencia de normas en todos los ambientes del niño (casa, abuelos, colegio….).
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